Estos dï¿œas he llevado al juicio, alternï¿œndolos, dos libros: Tï¿œcnica de un golpe de Estado, las soberbias crï¿œnicas de Martï¿œn Prieto en el 23-F, releï¿œdo por enï¿œsima vez, y Verdad y mentira en la polï¿œtica de Hannah Arendt, que acaba de editar Pï¿œgina Indï¿œmita. Me pongo ahora a escribir la ï¿œltima de las crï¿œnicas bajo la luz de dos pï¿œrrafos de la filï¿œsofa alemana.
"La transmisiï¿œn de la verdad factual abarca mucho mï¿œs que la informaciï¿œn diaria que brindan los periodistas, aunque sin ellos nunca encontrarï¿œamos nuestro rumbo en un mundo siempre cambiante, y nunca, en el sentido mï¿œs literal, sabrï¿œamos dï¿œnde estamos. Sin duda, esto tiene la mï¿œxima importancia polï¿œtica, pero si la prensa llegar alguna vez a convertirse en el cuarto poder, tendrï¿œa que ser protegida del poder gubernamental y de la presiï¿œn social incluso con mayor cuidado que el poder judicial, porque esta importantï¿œsima funciï¿œn polï¿œtica de suministrar informaciï¿œn se ejercita, hablando en tï¿œrminos estrictos, desde fuera del campo polï¿œtico.
(...)
La bᅵsqueda desinteresada de la verdad tiene una larga historia. Y, su origen es previo a todas nuestras tradiciones teᅵricas y cientᅵficas, incluso la del pensamiento filosᅵfico y polᅵtico. A mi juicio, se remonta al momento en que Homero decidiᅵ cantar las hazaᅵas de los troyanos tanto como las de los aqueos, y exaltar la gloria de Hᅵctor, el enemigo derrotado, tanto como la gloria de Aquiles, el hᅵroe del pueblo del poeta. Esto nunca habᅵa ocurrido hasta entonces. Y, ninguna otra civilizaciᅵn, ni siquiera la mᅵs esplendorosa, habᅵa sido capaz de contemplar con los mismos ojos a amigos y enemigos, la victoria y la derrota -las cuales desde Homero ya no son consideradas como norma fundamental para el juicio de los hombres aunque sean fundamentales para el destino de dichos hombres-. La imparcialidad homᅵrica resuena a lo largo de la historia de la Grecia clᅵsica, e inspira al primer gran narrador de la verdad factual, quien se convirtiᅵ en el padre de la historia: Herᅵdoto. Este nos dice en las primeras frases de su relato que su objetivo es evitar que "los grandes y gloriosos hechos de los griegos y los bᅵrbaros caigan en el olvido y pierdan su gloria". Aquᅵ estᅵ la raᅵz de todo aquello que se denomina objetividad, esa curiosa pasiᅵn por la integridad intelectual a cualquier precio. Se trata de una pasiᅵn desconocida fuera de la civilizaciᅵn occidental, y sin ella jamᅵs habrᅵa nacido ninguna ciencia."